NUESTRO LUGAR EN EL COSMOS

 En el orden cósmico de la creación, desde el protocosmos hasta el tritocosmos, existe el lugar al cual corresponde el cuerpo físico, y éste es llamado microcosmos.

El cosmos que se encuentra por encima del microcosmos es llamado mesocosmos, y el que se encuentra por debajo del microcosmos es llamado tritocosmos.

La humanidad, en la actualidad, no es consciente del cosmos que se encuentra por encima de ella, el mesocosmos, ni del cosmos que se encuentra por debajo de ella, el tritocosmos, ni tan siquiera de su propio cosmos, el microcosmos.

Cuando no se posee una consciencia del lugar que se ocupa en el orden cósmico, no se puede tener una vida completa.

Todo lo que le sucede al ser humano se origina en el mesocosmos o en el tritocosmos.

Todo lo que le acontece al ser humano no sabe de dónde vino, porque no ve los mundos que le rodean.

Los diferentes planos de la naturaleza y del cosmos les son desconocidos a la humanidad.

Solo con el autoconocimiento es posible observar las diferentes dimensiones, planos o mundos.

Sin embargo, el ser humano no se encuentra disponible para el estudio de los siete cosmos, porque se encuentra totalmente identificado con sus circunstancias, trabajos, emociones etc.

Para conseguir observar las diferentes dimensiones se ha de estudiar el hermetismo, después vivirlo y más tarde comprenderlo.

Esta forma de vivir es llamada poseer un centro de gravedad permanente.  

Poner atención a los pensamientos y sentimientos nacidos de la consciencia y no atender a los pensamientos y sentimientos nacidos de la inconsciencia es un acto consciente, que crea un centro de gravedad constante.

Cuando la esencia se libera, la percepción psíquica aumenta y la información que llega es muy nítida, limpia, clarividente. 

 

Santiago Barberán.