LA CAPACIDAD CREADORA DEL CREADOR


 

Dios es perfecto, sin embargo, sus creaciones no lo son. 

Sí que es cierto que la creación más perfecta de Dios es el ser humano, en quién habita la esencia, la parte divina y casi perfecta.  

El ser humano es una creación a imagen de Dios, y por ello, el ser humano se encuentra diseñado como un cosmos, y es llamado microcosmos.  

El ser humano es una creación a semejanza de Dios, porque posee la esencia, la parte divina y casi perfecta.  

Los cabalistas nos ilustran sobre el misterio de la creación diciéndonos que la creación perfecta de Dios se encuentra en el EIN SOF, y la creación casi perfecta se encuentra en las sefirot.  

El EIN SOF es la luz ilimitada, infinita, que se convierte en luz limitada, finita, llamada sefirot.  

Los misterios llegan al ser humano en forma de luz, porque la luz es la manifestación física de Dios.  

La luz de los misterios penetra por el intelectual superior, el éter reflector del cuerpo vital, Iesod.  

Cuando a través de la lectura o de la escucha de los misterios llega la comprensión de éstos, es porque la intuición se ha puesto en actividad.  

La comprensión de los misterios cristaliza en el emocional superior y crea un sentimiento superior, dando vida a aquello que ha sido comprendido.  

Cuando la comprensión se transforma en información didáctica, es la esencia quién la manifiesta en el mundo físico, en la vida práctica.  

Más allá de la voluntad existe la nada, el EIN.  

De la nada sale el todo y el todo es una porción de la nada.  

La frase enigmática: “Nada soy, nada sé y nada valgo”. Se refiere a que todos partimos y formamos parte de la nada, EIN.  

En la nada, EIN, existen diferentes “mundos”, de los cuales sabemos nada.  

En los mundos de la nada existen los inmanifestados, los Aelohim. 

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