LA FIESTA DE BODAS

LA FIESTA DE BODAS

Dijo Jesús:

“En el reino de Dios pasa lo mismo que cuando un rey hizo una fiesta para celebrar la boda de su hijo” (Mateo 22:1-14)

Cuando una pareja ha realizado el camino iniciático “la luna de miel” se realiza una fiesta anterior a la “Noche de Bodas”, “llamada la fiesta de Bodas”

Entonces, el Espíritu, el Ser, hace una fiesta anímica en honor a las almas que han realizado el camino.

“El rey envió a sus sirvientes para que llamaran a los invitados a la fiesta. Pero los invitados no quisieron ir”.

La palabra “fiesta” significa día de obligación, “Santificarás las fiestas”, tercer mandamiento de la ley de Dios.

Cuando se realiza una “fiesta anímica” por haber pasado las duras pruebas iniciáticas, son invitadas a la fiesta almas y esencias que de alguna forma tienen un vínculo con los agasajados.

Pero, en ocasiones, los invitados no quieren ir por diversas razones, pero la principal es porque su esencia se encuentra en un estado de sueño muy profundo.

“Entonces el rey envió a otros sirvientes con este mensaje: la comida ya está lista. He mandado a preparar la carne de mis mejores terneros ¡vengan a la fiesta!

Pero los invitados no hicieron caso y cada uno se fue a hacer otras cosas. Uno fue a ver sus terrenos, otro fue a atender su negocio y los otros agarraron a los sirvientes del rey y los mataron a golpes”.

Por segunda vez son invitadas las almas y las esencias que de alguna forma han intervenido en el camino iniciático de los agasajados para que vayan a la fiesta, pero unas almas están muy atareadas con sus posesiones y otras no encuentran tiempo a causa de sus negocios y por ello no pueden ir a la fiesta anímica.

Sin embargo, hay otros que no sólo no van, sino que además matan a los sirvientes del rey a golpes.

Las fiestas anímicas se celebran en las dimensiones suprasensibles de la Gran Naturaleza, pero de alguna forma la invitación repercute en la tercera dimensión.

Existen personas que rechazan la invitación en el mundo físico, porque se encuentran llenas de obligaciones materialistas, pero otras atacan violentamente al portador del mensaje anímico.

“El rey se enojó mucho y envió a sus soldados para que mataran a esos invitados y quemaran la ciudad donde vivían”.

El castigo de la ley universal a quienes agreden a los mensajeros anímicos es muy duro.

“Luego el rey dijo a sus sirvientes: la fiesta de Bodas está lista y aquellos invitados no merecían venir. Vayan por las calles e inviten a todos los que se encuentren para que vengan a la fiesta de bodas.”

Como los primeros invitados no quisieron ir a la fiesta anímica, esto deja una gran oportunidad para otros que sin ser invitados podrán ir a la fiesta de los Grandes Misterios Iniciáticos.

“Los sirvientes fueron a las calles de la ciudad e invitaron a muchas personas, unas malas y otras buenas y así el salón de fiesta se llenó de invitados.”

En el final de los tiempos todos somos invitados a la fiesta anímica, los buenos y los malos.

“Cuando el rey entró al salón para conocer a los invitados, vio a uno que no estaba vestido para la fiesta y le dijo: ¡Oye tú! ¿Cómo hiciste para entrar si no estás vestido para la fiesta?

Pero él no contestó nada. Entonces el rey les ordenó a sus sirvientes: Átenlo de pies y manos y échenlo afuera, a la oscuridad; dónde solo se oye el llanto y el crujir de dientes.”

A la fiesta de bodas se ha de ir vestido con traje de bodas, con los diversos vestidos o cuerpos del alma y esto se encuentra en el misterio número 24, la tejedora.

“Esto pasa porque son muchos los invitados a participar en el reino de Dios, pero muy pocos los escogidos.”

(Mateo 22-14)

 

Santiago Barberán

16/05/2022

CONFERENCIA: LA FIESTA DE BODAS