LA VERBENA DE SAN JUAN. CONVERSACIONES CON LA LUZ.


 

El planeta Tierra y el cuerpo humano están diseñados para que el ser humano despierte y expanda su luz.  

Los sentidos corporales se encuentran diseñados de tal forma, para que el mundo sea observado de una forma que nos ayude en el despertar de la propia luz.  

El universo y el mundo son maya, ilusión, y por mucho que se investigue al mundo mayásico, siempre se estará investigando una ilusión.  

El mundo se encuentra diseñado para que observándolo se comprendan verdades cósmicas.  

El aparente movimiento del astro Sol, observado desde la Tierra, es necesario para comprender el viaje iniciático.  

La visión planetaria de una Tierra plana es necesaria, para comprender el propio espacio psicológico, el cuaternario inferior.  

La creencia que la Tierra es el centro de la creación, teoría geocéntrica, y que todo gira alrededor de ella, es muy necesario para llegar a comprender que es el centro de gravedad consciente.  

La observación del mundo y del universo mediante las herramientas naturales que poseemos, entregan una visión psicoespiritual, un camino a seguir.  

Si la visión propia es eliminada, y nos basamos en la visión tecnológica científica, abandonaremos el camino que durante milenios han realizado otros seres humanos que llegaron a la comprensión de sí mismos y a la del universo.  

El ser humano antiguo comprendía que la luz era mucho más que un medio para ver, comprendía que la luz es un principio universal que mejora al ser humano físicamente y anímicamente, ayudándolo a despertar y a crear dentro de él más luz.  

En el solsticio de verano la visita de la luz dura más tiempo que en ningún otro día.  

El ser humano antiguo se preparaba para el día de la visita más larga en tiempo de la luz.  

La luz solar en el día de San Juan es una luz antigua, sabia, curativa, que trae un mensaje para todos los seres de esperanza y de paz.  

La luz de San Juan nos recuerda que ella llega cada día a nosotros, para ayudarnos en nuestro camino interior, y que su gran misión es que despertemos y que dejemos de ver un universo de ilusión, para que observemos el universo de la verdad.  

La luz de San Juan, en ocasiones, se encarna en un ser humano y se convierte en luz humana, la luz humana ilumina el mundo con su luz, con su ejemplo y con su palabra.  

Dicen las antiguas tradiciones que la mejor luz de San Juan es a las doce de la noche, porque se aloja en la oscuridad y espera a encontrar al ser humano oportuno, para encerrarse en él e iluminar al mundo en el momento de mayor oscuridad, el solsticio de invierno.  

Feliz verbena de San Juan.  

 

Santiago Barberán 

20/06/2022 

 

CONFERENCIA: LA VERBENA DE SAN JUAN. CONVERSACIONES CON LA LUZ

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