LA IMPORTANCIA DEL NOMBRE PROPIO EN LA MAESTRÍA








La palabra maestro deviene del vocablo latín “magister”, el adverbio “magis” significa “más”.  

Maestro vendría a significar: El que más sabe.  

En el mundo del hermetismo existen personas que se han autocalificado Maestros, y otras personas a las que las han calificado de Maestros.  

Quienes se autocalifican con ésta titulación dan, habitualmente, como razón una experiencia mística en la que fueron titulados como Maestros.  

Existe una tradición hermética, no escrita, que cuando se llega al nivel de maestría y se obtiene el título de Maestro, el nombre personal es cambiado por el nombre divino que se posee desde el origen de los tiempos.  

Esta tradición puede ser observada en el versículo 2:17 del apocalipsis: 

“El que tenga oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe”.  

El cambio de nombre es un proceso anímico muy importante, porque a partir de entonces al ser llamado por su divinidad, se expresará en él su divinidad y no su personalidad.  

En el mundo ritualístico, el nombre con el que será llamado un nuevo ser, no sólo lo acompañará toda la existencia, sino que el espíritu, el mito, el santo, el ángel, etcétera, de quién es original el nombre, será su protector y le entregará unas características de él mismo.  

Conocer el propio nombre espiritual y ser llamado con él te acerca a ser uno mismo.  

 

Santiago Barberán 

29/07/2022


CONFERENCIA: LA IMPORTANCIA DEL NOMBRE PROPIO EN LA MAESTRÍA

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