LAS SEFIROT

 

A Dios no se le puede conocer, pero sí se puede conocer su voluntad mediante el estudio y el desarrollo de las diez sefirot.

La voluntad de Dios es absoluta y su orden no es comprensible.

Dios pone un orden finito a su voluntad absoluta, para que se pueda recorrer el camino del finito al infinito y más tarde al absoluto.

El camino iniciático se recorre de sefirot a sefirot.

Las diez sefirto son:

 

◊     Keter, la corona.

◊     Jojmá, la sabiduría.

◊     Biná, la comprensión.

◊     Jesed, la bondad.

◊     Gevurá, el poder.

◊     Tiferet, la belleza.

◊     Netzaj, la victoria.

◊     Hod, la luz.

◊     Iesod, el fundamento.

◊     Maljut, el reino.

 

Los diez principios, las diez sefirot, se encuentran en el ser humano, habitualmente, sin desarrollo.

El ser humano debe desarrollar en sí mismo a las diez sefirot para llegar a Él, establecerse en Él y colaborar con Él.

La esencia del ser humano, a través de sus virtudes, facultades, poderes, sabiduría, etcétera, se manifiesta en cada una de las sefirot cuando éstas se van desarrollando.

Dios es la unidad múltiple perfecta y cada unidad de Dios, cada parte del Ser, se manifiesta en el ser humano según el nivel de ser o de saber que éste haya adquirido.

Cada sefirot se encuentra constituido de luz infinita.

Toda la creación manifestada se rige por las sefirot, por la luz infinita.

Las diez sefirot se desarrollan mediante el autoconocimiento de sí mismo.

El alma humana es un conjunto de leyes, cuerpos, fuerzas, etcétera, que se encuentran en las sefirot: Maljut, Iesod, Hod y Netzaj.

Estas cuatro sefirot son llamadas el cuaternario inferior.

El alma divina es un conjunto de leyes, cuerpos, fuerzas, etcétera, que se encuentran en las sefirot: Tiferet, Gevurá, Jesed, Biná y Jojmá.

Cuando el ser humano encarna y cristaliza el alma humana y el alma divina se autorealiza.

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Santiago Barberán

23/07/2022