LOS TRES FACTORES

 

Existió un tiempo en el que el ser humano disponía de una gran cantidad de tiempo para dedicarlo a su realización.  

En aquellos tiempos, y pasados, el ser humano se podía dedicar a toda una existencia o más a crear luz íntima, y a que ésta iluminara al mundo. 

Fueron épocas pasadas de monasterios con elevados maestros, de bibliotecas con tomos ancestrales, etcétera.  

En aquellos tiempos idos la humanidad todavía no había penetrado en la historia, y vivía en la ahistoria.  

Sin embargo, el mundo cambió, de aquellos monasterios sólo quedan algunas piedras, los antiguos maestros son ahora mitos extraños y de los tomos de las bibliotecas, quién sabe dónde se encontrarán.  

Hubo maestros que intentaron devolver algo de luz del pasado al tiempo presente, creando escuelas, enseñando ejercicios espirituales, rescatando rituales, etcétera. Sin embargo, el tiempo presente, la historia, penetró en las escuelas y al final todo quedó como un conocimiento sin transformación.  

Pero, llegó un Maestro al mundo histórico y lo revolucionó todo, entregando misterios olvidados y sintetizando el conocimiento antiguo, para que en poco tiempo fuera entendido.  

El conocimiento, que en tiempos pasados costaba toda una vida en aprender y comprender, consiguió que en unas conferencias se llegara a entender.  

Este Maestro hizo que lo complejo fuera fácil y lo imposible fuera posible.  

El Maestro ideó un plan, donde sin ninguna condición intelectual, sin ningún desarrollo místico y sin ninguna tradición esotérica familiar, cualquier ser humano pudiera crear luz y, además, en un corto espacio de tiempo.  

Sintetizó toda la enseñanza hermética en tres factores: 

Morir, Nacer y Sacrificio por la humanidad.  

El factor Morir aporta un sinfín de conocimientos, y entre todos hemos escogido el Morir, como un acto desconocido y que quizás nunca hemos visto ni veremos.  

El ser humano conoce la desencarnación, cuando un ser vivo deja de existir, y este acto lo confunde con el acto de Morir.  

La muerte es muy diferente, sólo pueden Morir los seres humanos, nos referimos a la muerte mística, porque poseen la capacidad de cambiar su destino, sus hábitos, sus instintos, etc.  

Cuando un ser humano muere místicamente es que se está autoproduciendo un cambio radical, por lo que sólo uno mismo posee la capacidad y la decisión de Morir místicamente. 

El segundo factor se refiere al Nacimiento espiritual.  

Para el hermetista, el nacimiento no sólo sucede en una sola ocasión en la existencia.  

Para el hermetista, se puede nacer en dos ocasiones, la primera con o sin el propio conocimiento y la segunda es un acto totalmente consciente.  

Cuando se decide volver a nacer en la propia existencia, ser un doblemente nacido o un renacido, es porque lo que entrega la existencia deja de ser estimulante y la curiosidad, siempre femenina, te anima a conocer la existencia de una forma más amplia y profunda, y para ello las capacidades intelectuales, emocionales actuales no sirven, por lo que se han de crear nuevos órganos psíquicos, nuevos cuerpos.  

Crear nuevos cuerpos o vehículos para investigar se llama Nacer.  

El tercer factor es el sacrificio por la humanidad. 

Pertenecemos a una especie, el ser humano, que no sólo se encuentra en este mundo, sino que se encuentra difuminada por todo el universo.  

Reencontrar a los originales seres humanos, nos valdría para llegar a comprender de dónde salieron todas nuestras características humanas y cómo eran utilizadas en su origen.  

Para conseguir, por nosotros mismos, comprender dónde encajan nuestras características psíquicas humanas, se estableció el sacrificio por la humanidad. 

Sacrificándonos por nuestros semejantes, nuestras características psíquicas humanas despiertan, y ellas mismas se encajan perfectamente en el mecanismo universal.  

Quién revolucionó el mundo hermético fue el V.M. Samael, fundador del gnosticismo contemporáneo.  

 

Santiago Barberán 

30/06/2022 

 

CONFERENCIA: LOS TRES FACTORES