EL EGO
EL EGO
Aunque al “ego” se le puede y debe
definir de diferentes formas, una de ellas es llamada la falsa identidad.
El ego, para seguir existiendo, ha
de mostrarse siempre que le es posible.
En ocasiones no se muestra en el
trabajo, pasa inadvertido, pero sí en la familia, etc.
El ego se coloca por delante del
espíritu y no permite que este se muestre ni que demuestre sus características.
El ego es social o asocial, pero
nunca es por sí mismo, siempre es respecto a algo o a alguien.
El ego no permite ser quien se es,
porque siempre desea aquello que no le pertenece.
El ego hace percibir al ser humano o
como superior o inferior ante otro ser, circunstancia u objeto.
El límite del ego es el miedo.
El ego no hace por temor de multas
económicas o por otras penas, por lo que dirán, por ridículo, etcétera, pero
siempre por temor.
El ego se alimenta de las limosnas
energéticas que la sociedad le entrega, pensando de ellas que son un gran
tesoro, guardándolas y enseñándolas como un gran triunfo.
Santiago Barberán
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