SOÑAR ES DESPERTAR

 SOÑAR ES DESPERTAR 

¿Despertar es dejar de soñar o soñar es despertar? 

Un grupo de seres humanos que forman un equipo de trabajo, se comunican, interactúan, conversan, reflexionan, solucionan problemas, realizan tareas complejas, etc., nos parece que están activos, despiertos, conscientes. 

Sin embargo, según el mundo hermético, que siempre es revolucionario, estas personas se encuentran dormidas, en un estado de inconsciencia. 

Que lo estén haciendo bien y sean personas maravillosas, no significa que estén despiertas. Para poder despertar nos hemos de dar cuenta de que están dormidas. 

La finalidad del hermetismo no es convencer, sino que utiliza el método de la persuasión y la comprensión, respetando el libre albedrío de cada uno de nosotros. 

Es dificultoso persuadir a alguien de que se encuentra dormido, es una filosofía difícil de vender. 

Además, el estado de dormido crea sus propias defensas para que no exista el despertar. 

La voz del ego, la inconsciencia, pone todo tipo de resistencias contra el despertar, siempre nos intenta disuadir y hacer que no entremos en el camino. 

Es difícil entrar en el mundo del autoconocimiento, porque todo lo que nos rodea nos invita a estar inconscientes.  

El Ser, el Íntimo y la Divina Madre son fuerzas más poderosas que el ego, que nos permiten durante un tiempo establecer un centro de gravedad fuera del agregado psicológico, y si lo mantenemos, puede venir el despertar. 

Lo que pensamos o suponemos que es estar despierto no tiene nada que ver con lo que realmente es estar despierto. Un dormido no puede saber cómo es un ser despierto. La única forma de saberlo es despertando.  

Aunque demos el primer paso, es un trabajo de esfuerzo constante y continuo. Y no tenemos muchos ejemplos de personas despiertas, empezamos de cero, de la nada, con suposiciones. 

La filosofía del despertar está tan bien hecha que, aunque empieces mal, empiezas bien. Lo importante es empezar y aprender de los errores, porque se puede avanzar a base de tropiezos. 

Cuando estamos durmiendo se anulan nuestros cinco sentidos, parece que estemos pasivos, pero en realidad estamos más activos y despiertos que en el estado de vigilia. 

Existen un sinfín de reacciones bioquímicas que suceden cuando dormimos. Se activan una serie de principios que regeneran el cuerpo y reestablecen nuestra energía. Cuando despertamos es cuando el cuerpo se pone a descansar y desgastamos esa energía reestablecida en las horas del sueño. 

Una persona en estado meditativo está más despierta y activa que una persona haciendo gimnasia. Pensamos que es lo contrario, porque nuestro pensamiento y nuestra visión es de dormidos.  

Si cuando dormimos nos acordamos de los sueños, estamos más despiertos que aquellos que no se acuerdan de lo que han soñado.  

Por ello, el soñar nos ayuda a despertar.  

Cuando una persona está dormida es cuando está despierta, cuando una persona está despierta es cuando está dormida. 

En el mundo de los sueños estamos más despiertos que en el mundo de la vigilia, que es el mundo de maya, la ilusión.  

Si nos percatamos de que el sueño es más real que lo que hacemos en el mundo físico, si reflexionamos sobre nuestros sueños, extrayendo lo máximo posible, llega un día en que despertaremos en los sueños e iremos teniendo ráfagas de lo que es el estado de despertar.  

Y si antes te recordabas a ti mismo, de fuera hacia dentro, que tenías que despertar, de repente hay algo dentro que te recuerda que tienes que despertar fuera. Y a medida que vas despertando van teniendo diversos sabores de la vida. 

 

Sandra Ortí 

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL ÓRGANO KUNDABUFFER

NETZAJ

ÁNGELES