EL SONIDO UNIVERSAL - CAPÍTULO 15 - ATENEA - AUDIOLIBRO

 EL SONIDO UNIVERSAL 

 

Agosto 10, 2024 

 

Si en un examen esotérico se le preguntara a un discípulo: ¿De dónde venimos? Y el discípulo respondiera del sonido, su respuesta sería exacta y precisa. 

Y todavía podría añadir más: ¡Todo viene del sonido! 

La afirmación: “Todo viene del sonido” puede incluso ser más exacta, todo es sonido. ¡Somos sonido! 

En la Biblia se dice: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era Dios, y por Él todas las cosas fueron hechas.” 

La Tierra, la luz, las tinieblas, la tierra seca, los océanos, la vegetación, el jardín del Edén, el Sol, la Luna, las estrellas, los planetas, las criaturas acuáticas, las aves, los animales terrestres, el hombre, la mujer, etc. 

Todo son partes del mismo Verbo, de Dios. 

El Verbo es Pan, Ischurion, Athanaton, Abroton. 

El Verbo es todos, poderoso, inmortal, invencible y eleison, piadoso. 

En esoterismo el concepto Verbo, Logos, Demiurgo, Arquitecto Universal, Dios o Ser, es el sonido original. 

Sin embargo, si hemos de definir a Dios, lo podríamos definir desde el vocablo griego “Pan”, Todos. 

Todos somos el Verbo y todos somos poderosos, inmortales, invencibles y piadosos. 

En el Principio el esoterista ha de crear los Cielos, la Tierra, la Luz, y ha de separar la Luz de las Tinieblas. 

El recuerdo de la creación de los Cielos y de la Tierra, se encuentra en el canto de la tórtola. 

La creación de los Cielos y de la Tierra es el primer precepto, amar al Creador. 

¡Amor es el precepto! 

¡Amor es la ley! 

¡Amor es la voluntad! 

¡Triunfo eterno por los tantos caminos del amor! 

Más allá del cielo físico, se encuentra el cielo espiritual. 

El cielo espiritual posee una puerta o portón de entrada. 

Después del portón de entrada hay siete palacios. 

El primer palacio es el palacio del amor. 

El primer palacio posee dos guardianes, el profeta Ovadia y el converso Onkelos. 

En el primer palacio se aprende que para viajar por el universo se ha de utilizar la velocidad del amor. 

El amor se compone de ley y de voluntad. 

Todo esto y mucho más sucede en el primer día de la creación. 

El segundo día de la creación, el esoterista ha de separar las aguas de las aguas. 

Las aguas altas son masculinas y las aguas bajas son femeninas. 

Las aguas altas dan abundancia y las aguas bajas la reciben. 

En el principio las dos aguas eran una sola agua. 

El esoterista ha de volver al principio y reunificar las aguas en una sola agua. 

La reunificación de las aguas es un trabajo para dos seres humanos. 

El esoterista, el tercer día ha de crear a la tierra seca, a los océanos, a la vegetación y al Jardín del Edén. 

El mantra Bohu conduce al esoterista hasta el Jardín del Edén. 

El esoterista debe realizar la práctica con las aguas. 

El tercer día acoge a todos los seres humanos que sufren. 

El cuarto día, el esoterista ha de crear al Sol, a la Luna, a las estrellas y a los planetas. 

El cuarto día de la creación se complementa con el primer día de la creación. 

Hubo un tiempo que lo masculino y lo femenino se encontraban unidos. 

La Luna poseía su propia luz, y ésta era masculina y femenina. 

El Sol poseía su propia luz, y ésta era masculina y femenina. 

Las influencias del Sol y de la Luna llegaban a todos los lugares. 

Cuando la humanidad rompió con su propia divinidad, el Sol se separó de la Luna, llevándose su luz masculina, y la Luna se quedó sin luz femenina, y sólo pudo reflejar la luz masculina del Sol, transformándola en luz femenina. 

El esoterista, el quinto día de la creación, ha de crear a la fauna acuática y a las aves. 

El quinto día de la creación se complementa con el segundo día de la creación.  

Las aves son las almas humanas que se han liberado de las cadenas mundanas y son llamadas los inalcanzables, los estudiosos de los misterios de la vida y de la muerte. 

De las aguas de la vida nacen los dioses terriblemente divinos. 

Las aguas son siempre purificadoras. 

Del sonido del entrechocar de dos espadas se crea el elemento aire. 

El esoterista, en el sexto día de la creación, ha de crear a los animales terrestres, al Hombre y a la Mujer. 

El sexto día de la creación se complementa con el tercer día de la creación. 

El sexto día de la creación, el ser humano decide qué ser y quién ser. 

El sexto día de la creación, el ser humano es masculino y femenino a la vez. 

La masculinidad es la imagen. 

La feminidad es la semejanza. 

La imagen da riqueza. 

La semejanza da pobreza. 

La pobreza es la bienaventuranza. 

La riqueza es la sabiduría. 

 

Santiago Barberán  

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