JUICIO AL CORAZÓN - CAPÍTULO 14 - ATENEA - AUDIOLIBRO
JUICIO AL CORAZÓN
Agosto 5, 2024
Hermes el tres veces grande Ibis de Thot, dice: “Buscad un guía que os encamine hacia las puertas del Conocimiento, donde refulja la deslumbradora luz que limpia las tinieblas...”.
Las tinieblas son actos de poca luz, que todo ser humano ha cometido en alguna ocasión.
Estos actos quedan como sonidos, palabras, etc.
En Egipto eran pesadas las palabras del egipcio en la doble sala de Maat, la sala de la verdad y de la justicia.
Las palabras dichas se encuentran en el corazón del ser humano.
En la sala Maat era pesado el corazón del egipcio, en un acto llamado psicostasia.
El origen de la psicostasia se remonta a una época llamada Neptuniano-Amentina.
Fue una época en que el ser humano tenía a su abasto los templos del Conocimiento.
El conocimiento esotérico nos dice que los dioses antiguos y el Conocimiento que entregaron sigue existiendo en la actualidad.
El esoterista invoca a los antiguos dioses y estudia el Conocimiento.
Antes de que el Conocimiento sobre la vida y la muerte fuera gravado en las piedras de los Templos, el ser humano transmitía el Conocimiento mediante la palabra.
Cuando el egipcio era juzgado en la sala Maat, si era absuelto de toda falta, era considerado “Justo de Voz”, y esto significaba que había entregado el Conocimiento guardado en su corazón.
La pesada del alma se realiza en la sala de la Verdad y de la Justicia.
La pesada del alma es el anhelo para quienes en vida se han entregado al camino iniciático.
El Iniciado cuando se presenta ante Osiris le dice acabo de nacer.
A los iniciados se les conoce en muchas mitologías como los dos veces nacidos.
Los dos veces nacidos poseen activada la contraparte espiritual, de todas las partes en que se podría dividir el cuerpo humano.
Sin embargo, los demonios rojos de Seth, el ego, todavía sigue habitando en su cuerpo, en todas sus partes y en sus contrapartes.
Existen los ocho demonios con cara de cocodrilo, que en parejas tienen sometidos a los cuatro puntos cardinales del cuaternario inferior del Iniciado.
Los ocho demonios se alimentan de lo peor de los doce signos zodiacales, y de la basura que crea la mente interior y la intermedia.
El Iniciado, en su juicio, ha de presentarse ante los cuarenta y dos jueces, y decirles uno a uno su nombre y una afirmación en negativo.
Yo no he hecho mal a los seres humanos.
No he cometido violencia.
No he atormentado a los corazones.
No he robado a nadie.
No he traicionado a nadie.
No he explotado a nadie.
No he perjudicado a nadie.
No he negociado con objetos divinos.
No he mentido.
No me he apoderado de lo que no me pertenece.
No he hecho llorar a nadie… etc.
Yo soy puro.
De esta forma se auto-califica el Iniciado.
Santiago Barberán
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