LA MUERTE - ATENEA - AUDIOLIBRO
LA MUERTE
Agosto 5, 2024
La vida, tal y como la entendemos, transcurre en un espacio-tiempo determinado: el mundo físico, etérico y astral.
Más allá del mundo astral se encuentra la eternidad.
En la eternidad el tiempo deja de ser lineal y se transforma en instantes y en momentos, en un eterno ahora.
El ser humano está compuesto por mente, y como la mente es eterna, el ser humano en su aspecto mental es eterno.
En la dimensión mental, la vida tal y como la conocemos no existe.
En la dimensión mental existe lo que es el fin del tiempo, aquello que conocemos como la muerte.
En la quinta dimensión, el mundo de la mente, se expresa la muerte.
En la quinta dimensión todo se encuentra muerto, aunque existe la naturaleza mental, la humanidad mental, los cuatro elementos mentales, etc.
El ser humano, como está compuesto de materia mental, posee la capacidad de morir.
Todo lo que nos rodea posee mente, y por ello todo es perecedero.
En el orden de la creación, toda creación se origina de un pensamiento, mundo mental.
Si la creación sale de la quinta dimensión, donde se desarrolla la muerte, podemos afirmar que el origen de la vida es la muerte.
Cuando el esoterista realiza ejercicios mentales, se encuentra trabajando con el rayo de la muerte.
Existen ejercicios espirituales que se relacionan con cambios muy profundos, y han de ser realizados en el mundo mental.
El ejercicio místico “la eliminación del yo”, se relaciona con el rayo de la muerte.
En este ejercicio, el esoterista, mediante el análisis es capaz de separar con el bisturí de la conciencia la virtud del ego.
La historia de la humanidad se encuentra escrita en el mundo de la mente.
En la mente humana son observables particularidades latentes, que dan una idea muy clara de cómo fue la especie humana en sus orígenes.
En la mente sensual y en la mente intermedia existen los recuerdos de la actual existencia.
Hace muchísimos días cósmicos, con sus noches cósmicas, que una partícula divina y casi perfecta, la esencia, tuvo su primer gesto de individualidad.
Después de un largo viaje, la esencia tuvo la capacidad de poder tomar un vehículo de expresión tan complejo como el cuerpo humano.
La esencia experimentó en el mundo físico con un cuerpo humano, y no todo fueron aciertos.
Las equivocaciones esenciales que no fueron rectificadas forman parte de la esencia y son llamadas egos.
Los egos son partes agregadas a la esencia, que no actúan eficientemente.
El ego actúa deficientemente, por lo que es denominado defecto anímico.
La esencia despierta posee la capacidad de despertar a la esencia dormida.
Santiago Barberán
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