LOS SIETE CENTROS DEL SER HUMANO
LOS SIETE CENTROS DEL SER HUMANO
Agosto 3, 2024
Un ser se encuentra vivo cuando reacciona con algún tipo de impulso, ante un estímulo.
Cada ser humano reacciona de forma diferente ante un mismo estímulo.
Según dónde se origina, en el interior del cuerpo físico, el impulso posee unas características u otras.
En esoterismo, se explica que existen un total de siete centros, desde donde se puede originar el impulso que reacciona ante un estímulo.
La personalidad tiene la tendencia de reaccionar siempre con un mismo impulso, que se origina en uno de los siete centros, ante un mismo estímulo.
Los centros desde donde se originan los impulsos humanos, han sido estudiados por los más grandes esoteristas.
Según el esoterismo oriental, quien estudia los siete centros desde donde emanan los siete estímulos, consigue realizar en su espacio psíquico la armonía en todo su esplendor.
El estudio de los siete centros es el primer paso del esoterista.
Cada centro ha tenido su época de esplendor.
En la época actual, el centro que rige a la humanidad es el centro intelectual.
El centro intelectual se encuentra ubicado en el órgano llamado cerebro.
El centro intelectual, en comparación con el resto de centros, es el más lento, el que posee menor capacidad de memoria, menos voluntad, y es el más débil.
El centro intelectual, para estar a la altura de las necesidades vitales del ser humano, ha de construir máquinas, herramientas, inventar medicamentos, etc.
El centro intelectual hace que la sociedad humana necesite para sobrevivir la tecnología.
Hace algún tiempo la sociedad humana no poseía la necesidad de apoyarse en la tecnología para sobrevivir, se apoyaba en su propia resistencia física, en el centro motor.
La velocidad de los impulsos que se originan en el centro motor se encuentran regidos por los cambios atmosféricos, y por las necesidades físicas, por lo que su reacción ante cualquier situación es suficiente para sobrevivir.
El centro motor posee una memoria suficientemente amplia para no olvidar aquello que es necesario para sobrevivir.
La voluntad que posee el centro motor es la que posee un atleta de alto rendimiento.
El centro motor aprende desde el nacimiento hasta la vejez.
Es el centro de la auto-suficiencia, y en él se encuentra la alegría.
En épocas anteriores al centro motor, la humanidad se regía por el centro emocional.
El centro emocional se alimenta de sensaciones muy sutiles, y de él se originan impulsos como la caridad, la cordialidad, el cariño, los carismas, etc.
El centro emocional se encuentra ubicado en el corazón y en el plexo solar.
El centro emocional posee una velocidad que se aproxima a la velocidad de la luz, por lo que siempre se anticipa a las carencias que están por llegar.
La memoria del centro emocional es colectiva, aunque también es individual, pero se basa más en la memoria colectiva.
Su voluntad va más allá de lo humanamente posible, y la capacidad que posee para aprender es semejante a la capacidad que posee a enseñar lo aprendido.
En un tiempo mucho más antiguo del que rigió el centro emocional, la humanidad se basó en un centro que no posee ningún tipo de lógica moral ni social, el centro instintivo.
El centro instintivo se basa en el principio de vivir de instante en instante, sin la carga del pasado, ni la incertidumbre del futuro.
El centro instintivo se encuentra ubicado en el segmento lumbar.
La velocidad en la que se mueven los impulsos, que se originan en el centro instintivo, es la velocidad del pensamiento.
La memoria que posee es la memoria ancestral.
La voluntad que tiene se relaciona con la gran necesidad de ser, y la de dejar una huella en el Camino.
No le hace falta aprender, porque sabe por sí mismo.
En un tiempo más antiguo en donde la humanidad se basaba en el centro instintivo, se basó su centro de actividad en el centro sexual.
El centro sexual se encuentra ubicado en los órganos creadores.
El centro sexual es el porqué de la creación, y todos los demás centros son desdoblamientos de éste.
El centro sexual es en sí mismo la velocidad, y los demás centros se mueven en ella.
Él es la memoria, y los demás centros se alimentan de ella.
Él es el maestro, y los demás centros aprenden de él.
Hay dos centros superiores que posee el ser humano, el emocional superior y el intelectual superior.
Estos dos centros superiores son anímicos, y los utiliza el alma humana para procesos anímicos a lo largo del Camino Iniciático.
Santiago Barberán
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