LA AUTO-OBSERVACIÓN ÍNTIMA - ATENEA - CAPÍTULO 17 - AUDIOLIBRO

 LA AUTO-OBSERVACIÓN ÍNTIMA 

 

Agosto 11, 2024 

 

Ser conciente de la vida es un proceso que se encuentra en el rayo de la vida, para ser más exacto en el comienzo, en el nacimiento. 

El nacimiento físico no es el único nacimiento que existe a lo largo de la existencia. 

El nacimiento del centro de auto-observación íntima, es para el esoterista volver de nuevo a nacer en la misma existencia. 

El centro de auto-observación íntima se encuentra ubicado en la facultad de la visión. 

La visión es una facultad anímica y la vista es un sentido físico. 

Sólo es capaz de ver aquel que posee el centro de auto-observación íntima en estado activo. 

La capacidad de visión es igual a la misma capacidad de ser conciente. 

Ser conciente es ver más allá de aquello que se entiende como bien o mal. 

Ver es comprender el alcance psíquico de lo que se está realizando. 

Comprender la vida mediante la auto-observación íntima, entrega la capacidad de observar el conocimiento que la existencia entrega a todo ser vivo. 

El centro de auto-observación íntima es un acto, una voluntad, que nace de la conciencia y que llega de nuevo a la propia conciencia. 

El primer paso, para llegar a la auto-observación íntima, es la voluntad de ser. 

El segundo paso es el pensar psicológico, también llamado la mente interior. 

La auto-observación íntima relaciona el propio interior con el propio exterior. 

Con la auto-observación íntima, los sucesos externos se corresponden con los diferentes estados de conciencia. 

A este suceso se le denomina estar a la altura de las circunstancias. 

Auto-observarse es un acto físico-anímico. 

Cuando la conciencia se convierte en auto-conciencia, nace la comprensión integradora, o lo que es lo mismo, la luz. 

La luz es una sustancia que permite ver, sin embargo, también es información y memoria. 

En la luz íntima se encuentra la memoria trabajo. 

La memoria trabajo entrega el sabor por el trabajo esotérico. 

El sabor trabajo es la facultad anímica de la continuidad del Ser. 

Una particularidad muy propia de la esencia es la continuidad psicológica. 

La discontinuidad psicológica se relaciona con la personalidad y el ego. 

La discontinuidad psicológica no tiene ninguna finalidad. 

La continuidad psicológica posee la finalidad de estar en concordancia con la voluntad del Ser. 

Ser conciente de sí mismo crea una separación entre uno mismo y el mundo, y esta misma distancia de separación permite que exista una integración con el mundo y sus habitantes. 

Andar, escribir, escuchar o cualquier otra actividad es una gran oportunidad para que la conciencia de la esencia participe de la integración plenamente. 

Cuando la parte anímica participa de la vida, transforma cualquier actividad en una experiencia espiritual. 

El alma, la esencia quiere, anhela participar de la profesión, del estudio, etc. 

La esencia posee la capacidad de manifestarse en cualquier ámbito. 

La esencia quiere manifestarse en todas las obras que realicemos. 

 

Santiago Barberán

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