EL CUERPO HUMANO
EL CUERPO HUMANO
Agosto 21, 2024
El cuerpo humano es uno de los vehículos de
expresión que posee el alma y el espíritu para expresarse en el mundo físico.
Sin embargo, el cuerpo humano no sólo es un vehículo
de expresión, también es un libro en el que está escrito el pasado y el
presente del alma.
Aunque cada cuerpo posee su propia historia, existe
una historia en común, y ésta es la verdadera historia de la humanidad.
El cuerpo físico puede ser dividido de diversas
formas, como por ejemplo, por los cuatro elementos.
El elemento fuego es la sangre.
El elemento aire son los pulmones.
El elemento agua son los líquidos corporales, los
riñones, la vejiga, etc.
El elemento tierra son los huesos, las uñas, el
bazo, el páncreas, etc.
Esta pequeña lista, citada en las líneas anteriores,
es tan sólo un pequeño fragmento de cómo el cuerpo humano podría relacionarse
con los cuatro elementos.
Pero, también, existe una forma de leer el pasado
anímico del ser humano, mediante sus características físicas.
El cabello cubre la cabeza, posee la capacidad de
crecer rápidamente y no se posee ningún control de él.
Sin embargo, esto no fue siempre de este modo.
El cabello actual es una reminiscencia del cabello
original.
En un tiempo pasado el ser humano poseía el control
sobre el cabello y las uñas.
Por aquellos tiempos, el cabello crecía por la
fuerza de voluntad, y se movía por la misma fuerza.
El hombre fue quien comenzó a perder el control
sobre el cabello y sus uñas, y más tarde fue la mujer quien también perdió el
control sobre su cabello y sus uñas.
En un pasado lejano las cejas y las uñas fueron de
gran utilidad para unir conceptos opuestos, formando en el espacio mental la
figura de la cruz, con sus ángulos opuestos iguales.
Cuando antiguamente se meditaba, las pestañas se
unían creando una línea vertical, y las cejas se unían creando una línea
horizontal, dando como resultado, en la pantalla de la mente, la cruz de los
maravillosos destinos.
En tiempos pasados los ojos y los párpados se
encontraban en íntima relación.
Los ojos se nutrían y nutrían al cuerpo de la luz
solar.
Por los ojos penetraba una gran cantidad de luz
solar, y los párpados al cerrarse no permitían que la luz solar se escapara del
cuerpo.
Una vez repartida la luz solar por el cuerpo físico
y los demás vehículos, los párpados volvían de nuevo a abrirse a por más luz.
En un tiempo remoto la nariz con sus dos fosas
nasales eran el lugar donde nacían los vientos internos y externos.
Con cada inspiración nacían dos vientos, un viento
en la fosa nasal derecha, y otro viento en la fosa nasal izquierda.
Estos vientos son los causantes de la
auto-regeneración celular, entre otras causas.
Las aletas de las fosas nasales eran controladas por
la voluntad, y cuando era necesario se estiraban, creando unas fosas nasales
muy amplias, y en otros momentos se cerraban, quedando el cuerpo físico cerrado
herméticamente, y no permitiendo que ninguna influencia externa lo alterase.
Santiago Barberán
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