EL NÚMERO ONCE, EL ESPACIO SAGRADO

EL NÚMERO ONCE, EL ESPACIO SAGRADO 

16.03.2025 

El espacio que ocupa la materia es sagrado. 

Ante la pregunta, ¿qué es la materia?, y la respuesta: todo aquello que ocupa un espacio; el mundo hermético también cree que el alma, espíritu y Dios ocupan un espacio. 

El espacio que ocupa el alma es llamado en ocasiones el espacio psicológico. 

El espacio que ocupa el espíritu y Dios es llamado, en ocasiones, el sagrado espacio absoluto. 

Quien logra que todo ocupe su espacio es el número once. 

El número once consigue que todo ocupe un espacio, que todo se interrelacione, y que, sin embargo, nada se confunda, que todo mantenga su particularidad. 

El espacio que ocupa el vehículo físico y el espacio que ocupa la psiquis, el alma, es el lugar donde se presenta toda la vida física y anímica. 

La clave de S.O.L. - sujeto, objeto y lugar -, no enseña a discernir entre que sujeto se expresa en nosotros, con qué objeto se está expresando, pero el lugar siempre es el mismo, sin embargo, el lugar puede ser profanado por el sujeto y el objeto, o el sujeto y el objeto por el contrario pueden honrar el lugar. 

Cuando sentimos un respeto anímico o espiritual por alguien o por algo nos acercamos a ello, para compartir su espacio, porque en su espacio se encuentra su esencia, su Ser. 

Observando el lugar que ocupa un ser humano, un astro, un rio, etc., comprendemos su finalidad y su origen (quién es y su objetivo o finalidad). 

Me llegó un recuerdo al realizar este trabajo con el número once, el Tao Te King de Laotse , en su capítulo, que no debe de ser por casualidad, número once, el cual os recomiendo que leáis. 

 

SANTIAGO BARBERÁN 

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