LA ACCIÓN CONSCIENTE
LA ACCIÓN CONSCIENTE
03.03.2025
Biná es la acción consciente, la acción con conciencia.
La sefirot Biná es la comprensión, el conocimiento y la sabiduría que se opone a la ignorancia.
La ignorancia es la autolimitación.
La ignorancia son las manos, que el ser humano levanta y que no permiten que se percate de lo que existe más allá de lo propio.
Todo aquello que se adquiere sin comprensión se convierte en limitaciones.
Las limitaciones despiertan al miedo y crean el fanatismo.
La comprensión, junto a la sabiduría, destruyen lo muros que crea la auto limitación, entregando la libertad de acción.
Más allá de los hábitos y de las costumbres propias y sociales, se encuentran las leyes universales.
Las leyes universales seguirán existiendo aun cuando las leyes humanas hayan desaparecido.
La prioridad de la acción consciente es derribar los muros que la autolimitación ha levantado.
La moralidad es el muro más grueso que el ser humano ha levantado, porque da la sensación de libertad.
No hay peor muro que aquel que le hace creer al prisionero que es su salvación.
La sefirot Biná es la luz, la acción consciente disipando a las tinieblas de la ignorancia; estas tinieblas son también llamadas la falsa luz.
Biná es la inteligencia santificada.
La inteligencia es la sabiduría de la relación, es saber relacionarse sin dañarse o dañar.
La inteligencia es una facultad anímica, no puede ser aprendida intelectualmente.
La inteligencia santificadora es dedicarse a relacionarse con Dios, con Keter.
Biná nos enseña a relacionarnos con Keter, y por ello es llamada la tercera inteligencia o el fundamento de la sabiduría primordial.
La tercera sabiduría es la responsable de crear la fe en el Iniciado.
Cuando se posee la facultad de la fe se deja de creer.
La fe es la experiencia directa, es la experimentación mística, es el recuerdo consciente de lo vivido y no deseado.
Biná es el conducto entre el alma y la experiencia Cristo.
La raíz de Biná se encuentra en el Amén, y el Amén es Keter.
SANTIAGO BARBERÁN
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