EL CAMINO DEL ARTE O DEL YOGUI - CAPÍTULO 5 - AUDIOLIBRO NUIT
EL CAMINO DEL ARTE O
DEL YOGUI - CAPÍTULO 5 - AUDIOLIBRO NUIT
Se puede pensar o reflexionar
sobre un mundo sin ningún tipo de religión ni de ciencia. Sin embargo, para
crear alma, el arte siempre ha de estar presente.
La Creación es arte y el artista
es el Dios Creador.
En el camino del Faquir y del
Monje existe ‘la forma’, una especie de estructura por donde se expresa un
principio. Sin embargo, en el camino del Yogui, la forma, lo visible, lo
perceptible de alguna forma deja de ser.
En el camino del Yogui la
importancia reside en cómo perciben la realidad los demás seres.
En el camino del Yogui, la figura,
aquello que llamamos ‘realidad’, deja de existir en el exterior.
En el camino del Yogui, esta
realidad se encuentra en el interior, y desde el interior, ésta puede ser
reflejada hacia el exterior.
La máxima del artista, el Yogui, el
creador, es que solo existe una ley: ‘Haz lo que quieras’. En esta forma de
libertad plena no existen reglas, ni códices, solo existe la libertad para
crear.
La forma más elevada del arte
libre se encuentra en las cuevas, en donde el ser humano ahistórico se expresó
sin ningún tipo de limitación.
Captar y transmitir la
espiritualidad encerrada en el interior de un cuerpo es una de las finalidades
del artista Yogui.
El espacio abstracto absoluto es
el espacio por donde se mueve el Yogui, a base de mantras, de técnicas de
respiración, de mudras, etc. Y éste entrega a la humanidad algo del espacio
abstracto absoluto, el cual no puede ser visto por quién no es artista.
El ser más semejante a Dios es el
artista, tanto Dios como el artista son incomprendidos.
Solo se puede influir sobre la
espiritualidad dormida a base de arte.
¡El arte posee el don de
despertar a la espiritualidad!
¡El arte despierta!
El Yogui, trata de acabar con los
dogmas religiosos que crean la debilidad del ser humano.
Para el Yogui, el ser humano no
es débil ni ignorante, simplemente se encuentra dormido y él conoce el arte del
despertar.
El yoga permite rediseñar el
espacio psicológico y a todo su aparato psíquico, incluso crea más
departamentos de los que existían.
En el camino del Yogui, el ser
humano deja de imitar a la naturaleza y al cosmos y se convierte en un creador
de ‘libre pensamiento’. Los libros son olvidados y el estudio se basa en el
conocimiento de sí mismo.
El símbolo lo es todo, aunque
para cada individuo tenga un significado diferente. A esta forma de expresión
se le llama ‘el pensar psicológico’.
El camino del Yogui, más que un
camino, es un puente que pasa sobre el abismo y conduce a un plano donde la
lógica, la razón, la educación, etc. No sirven para avanzar y sí para retroceder.
Los grandes yoguis han sido
músicos, compositores o bien grandes escuchadores de la música culta.
Para el Yogui la naturaleza o el
cosmos no posee la verdad, piensa que más bien miente, como lo hacen los seres
humanos, no por mal, sino por ignorancia y por falta de saber expresar la
verdad.
El Yogui busca el espíritu para
acercarse a la verdad y éste aunque se acerque la verdad, jamás llega a
tocarla, solo la intuye.
El Yogui, busca en la naturaleza
los colores que se encuentran ocultos, y quiere acabar con la distancia-tiempo
cósmica.
Todo aquello que se acerque a la
comprensión del alma, es necesario aprenderlo, para realizar el camino del
yogui.
El Yogui, por todo ello se
pregunta, ¿El alma posee color, aroma o forma…?
El alma se encuentra relacionada
con el ángulo, es el quinto ángulo de un cuadrado, es el ángulo muerto.
El Yogui vive en el mundo
onírico, para él la importancia de lo que observa en el mundo astral es
superior de lo que vive en el mundo físico.
Poco le importan los cambios
físicos, la riqueza física o a quién conoce en el mundo físico.
Su vida se encuentra en el mundo
astral, sus sentidos son astrales, su centro de gravedad se encuentra en la
cuarta dimensión.
El elemento del Yogui es el agua.
El agua posee la capacidad de la
adaptabilidad y la penetración, y estos principios son la vida del yogui.
La adaptabilidad es la facultad
que permite, en este caso, al ser humano a adaptase.
El trabajo anímico pasa, en un
principio, de la ciencia del faquir a la religión del monje y, en estos
momentos, al arte del yogui. Estos procesos se pueden realizar gracias a la
cualidad de adaptabilidad que posee la esencia.
Aunque supuestamente la esencia
es conservadora, resulta que es de naturaleza revolucionaria, ya que ésta posee
o es poseída por principios divinos que son altamente revolucionarios y, mediante
la curiosidad de la esencia, la conducen hacia la rebeldía psicológica, que en
unas ocasiones es acertada y en otras ocasiones todo lo contrario.
La adaptabilidad es rebeldía y es
todo lo opuesto al conformismo.
El trabajo psicológico, también
llamado los trabajos eserales, exigen a la esencia estar realizando cambios,
adaptaciones constantemente, quiera ella o no.
Cuando los grandes Maestros dicen
que los problemas no existen, que son formas mentales y que si a éstas no se
les da ningún valor desaparecen, se están refiriendo a la capacidad de la
adaptabilidad que posee la esencia.
El yoga con sus innumerables
asanas, busca la flexibilidad perdida y esta es llamada adaptabilidad.
La adaptabilidad es la capacidad
que posee el ser humano mutante, el elemental en su proyección evolutiva y la
esencia despertando.
Los tres factores de la
revolución de la esencia podrían también haber sido llamados los tres factores
de adaptabilidad de la esencia.
La adaptabilidad es una capacidad
de la esencia, por lo que es auto-consciente.
Ser adaptable es ser justo, y el
ser humano justo es aquel que posee un elevadísimo nivel de maestría.
Para poseer la capacidad de la
adaptabilidad se ha de tener:
-
Conocimiento esotérico.
-
El nivel del buen dueño de casa.
-
Continuidad de propósito.
-
Capacidad de transformación de las impresiones.
La propia Escuela ha de poseer la
capacidad de la adaptabilidad.
La Escuela se ha de adaptar a las
nuevas tecnologías para entregar su mensaje.
El vocablo penetración, en el
lenguaje esotérico actual, significa el estudio de un misterio oculto y difícil
de comprender, y se llega a la comprensión de tal misterio mediante la
inteligencia, la rapidez y la claridad.
La
inteligencia es el arte de relacionarse.
La rapidez es
la facultad de la intuición.
La claridad
mental es la meditación, el no pensar.
Todo ello, dan la capacidad de
penetración.
Gracias a la capacidad de
penetración del elemento agua, el yogui puede comprender los misterios
escondidos en el interior de la Tierra y los que se encuentran en las alturas
de los Cielos.
Primero, se condensa el agua,
después, se crean las nubes, y por último, entra en precipitación.
Algunas gotas de esta
precipitación son interceptadas por el reino vegetal, otras entran en el flujo
de agua (ríos, lagos, etc. ). Otras quedan atrapadas en el interior del suelo,
creando la humedad del suelo, pero, otras gotas penetran en el flujo
subterráneo, penetrando en corrientes acuáticas que circulan por el interior
del planeta Tierra, teniendo la oportunidad de poder de nuevo salir a la
superficie del planeta mediante una filtración del agua hacia la superficie. Después
de ello, el agua volverá de nuevo a evaporarse, condensarse y se precipitará de
nuevo a la superficie del suelo.
En cada proceso, el agua se mueve
a una velocidad diferente, y es por esta causa que el ser humano tarda más o
menos tiempo en comprender según qué misterio.
Los misterios de los Cielos son
más fáciles y más rápidos de comprender que los misterios infernales o aquellos
otros que pertenecen a los propios mundos infernales.
El causante de este ciclo es el
astro Sol, quién, en el propio espacio psicológico, simboliza el centro de gravedad.
El Yogui posee el poder de
mejorar el mundo mediante la contemplación del mundo y valorando el ingenio de
sus creadores.
Santiago Barberán.
Editado Stephany N.
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